En los últimos meses, el debate sobre el precio de las matrículas universitarias en España ha vuelto a las portadas. Miles de estudiantes denuncian que, pese a las becas, el acceso a la universidad sigue siendo un privilegio más que un derecho. Y la pregunta que circula por redes sociales es clara: ¿se está convirtiendo la universidad en un lujo?

Matrículas y desigualdad
Aunque el Ministerio de Universidades anunció en 2024 la congelación de los precios públicos, las diferencias entre comunidades siguen siendo enormes. Estudiar Derecho en Madrid puede costar el doble que en Andalucía. Esto genera un debate legal y ético: ¿hasta qué punto es constitucional que el precio de un mismo grado dependa del lugar de residencia?
Derecho a la educación vs. mercado universitario
La Constitución española reconoce el derecho a la educación y la igualdad de oportunidades. Sin embargo, cada año vemos cómo aumentan los másteres obligatorios para acceder a profesiones jurídicas (abogacía, procuraduría, judicatura), con precios que superan fácilmente los 3.000 o 4.000 euros. Para muchos estudiantes, ejercer el Derecho implica antes endeudarse.
El movimiento estudiantil vuelve a crecer
En varias universidades (Barcelona, Valencia, Granada y Madrid) se han organizado asambleas y protestas bajo lemas como “Ni deudas ni tasas: estudiar es un derecho”. Los estudiantes de Derecho, en particular, argumentan que el sistema actual vulnera la igualdad real de acceso a la profesión jurídica, ya que solo quienes pueden pagar másteres caros tienen más posibilidades de llegar a oposiciones o despachos importantes.
Lo que viene
El debate está servido:
- ¿Debe el Estado regular un precio único para las matrículas de grado?
- ¿Es justo exigir másteres caros para poder ejercer profesiones jurídicas?
- ¿Hasta qué punto la universidad se está convirtiendo en un negocio?
Lo cierto es que la cuestión no solo es académica: es legal, política y social. Y los estudiantes, una vez más, parecen dispuestos a alzar la voz.